Mantenimiento preventivo de placas de revestimiento
Dicha situación, que no provocó daños a objetos ni personas, constituyó un llamado de alerta acerca de la condición de adherencia de los revestimientos, por lo cual se ordenó una inmediata inspección preliminar, realizada por personal de la Subsecretaría de Obras y Mantenimiento de la FIUBA, que incluyó distintos sectores a fin de corroborar que el problema involucraba otras placas, que mostraban una adherencia incompleta.
Un análisis de los tipos de mármoles que constituyen los revestimientos mostró que existen a la fecha aproximadamente 30 tipos diferentes, muchos de ellos de imposible reposición, lo que generó una serie de acciones de mantenimiento preventivo a fin de conservar el patrimonio edilicio de la sede de Av. Paseo Colón 850 y, a la vez, reducir significativamente el riesgo de daño a la comunidad de la FIUBA.
“Para iniciar el programa de mantenimiento preventivo era necesario disponer de metodologías cuantitativas y criterios no subjetivos para identificar placas mal adheridas o con adhesión parcial. Nuestro Laboratorio de Materiales y Estructuras (LaME) propuso un método de tracción de las placas en dirección perpendicular a su plano, con control de las cargas a través de un resorte calibrado (foto 1). El método, completamente no destructivo y sencillo, mostró ser efectivo”, señala el Dr. Ing. Luis Fernández Luco, responsable del LaME, quien agrega un detalle técnico: “La transmisión el esfuerzo a la placa se hace a través de dos “sopapas” capaces de soportar más de 60 kg en conjunto” (foto 2).
Foto 1: equipo mecánico para tracción perpendicular al plano de la placa – detalle del resorte calibrad y las sopapas.
Foto 2: equipo mecánico de tracción de placas en operación.
Complementariamente, cuenta Fernández Luco, se propuso un método dinámico que consiste en “medir” si las placas “vibran” por efecto del golpe de un martillo neurológico. Un procedimiento cuidado y un acelerómetro resuelven el problema (foto 3). “Este método también es no-destructivo y, en conjunto complementa el método de tracción, permitiendo evaluar todas las placas”, afirma este investigador de la FIUBA.
Foto 3: Método dinámico, con martillo neurológico y acelerómetro de contacto.
Combinando entonces ambos métodos, personal del LaME y de la Subsecretaría de Obras y Mantenimiento de esta Casa de Altos Estudios, comenzaron con el relevamiento durante enero y febrero, calificando el estado de adherencia de más de 9000 placas. En algunos casos, las placas se retiraron para preservarlas y evitar su caída eventual (foto 4).
Foto 4: placas retiradas para protección del patrimonio y del personal.
También vale señalar que un equipo de especialistas contratados inició un procedimiento correctivo a través de su fijación mecánica y/o la reposición del material de pegado y hay diferentes aulas con todas sus placas adheridas y en condiciones de seguridad. Una vez que se fijaron las placas, se volvieron a evaluar para constatar la eficacia del procedimiento.
Es de destacar el proceso de registro de las actuaciones, tanto en planillas diseñadas ad-hoc como en planos, tarea llevada a cabo por el equipo de conservación de la Subsecretaría de Obras y Mantenimiento. En cada espacio relevado, se dejan etiquetas de color, inequívocas, color rojo, amarillo y verde. Las placas señaladas como “verdes” se encuentran en condiciones seguras de adherencia (foto 5). Las placas reparadas / readheridas, se identifican con etiquetas de color celeste.
Foto 5: identificación in situ del estado de adherencia de las placas.
“El registro cuidadoso permitirá la planificación del mantenimiento de conservación preventivo a llevar a cabo en el futuro y, a través de campañas cortas de medición, conocer el estado de situación; esta es otra característica relevante de las acciones que se tomaron. Complementariamente, se aseguraron las condiciones de circulación con andamios ad-hoc, protecciones que se irán retirando cuando se constaten las condiciones de seguridad”, concluye Fernández Luco.