Plan 2020 e hidrocarburos
"El Plan 2020 resulta clave para seguir siendo una referencia importante en la formación de ingenieros que necesita la Argentina. Nuestros planes de formación tienen que estar acordes a las dinámicas del mundo actual, siempre teniendo en cuenta el perfil del ingeniero de la FIUBA: con fuerte formación tecnológica para encarar problemas de alta complejidad, de naturaleza diversa para aplicar conocimientos de manera independiente, crítica e innovadora y con espíritu emprendedor y compromiso ético, social y ambiental", explicó el Ing. Eduardo Carrone, director de la carrera de Ing. en Petróleo en relación a los nuevos desafíos que presenta el proyecto de actualización de la actual oferta educativa.
Si bien las transformaciones que atraviesan el ámbito profesional y educativo obligan a renovar conocimientos, metodologías y aspectos culturales, para Carrone, la base científica que brindan las carreras de grado de la FIUBA es un diferencial que debe mantenerse. “La solidez en matemática, física, química y computación es condición necesaria para que nuestros ingenieros se sigan destacando a nivel profesional. Lograr esto no es fácil y sabemos que a nuestros ingresantes les cuesta mucho superar esa etapa de formación. Por eso en el Plan 2020 estamos diseñando instancias educativas en ciencias básicas que ayuden al objetivo, basadas en la integración de asignaturas, en la motivación del estudiante por medio de ejemplos y aplicaciones y en la participación activa de la FIUBA en el CBC”, dijo.
Otro aspecto contemplado en esta iniciativa institucional y resaltado por Carrone tiene que ver con la implementación de nuevas metodologías educativas. “El mundo ha avanzado muchísimo en cuanto a investigación pedagógica y en las universidades más destacadas ya están implementando conceptos de aprendizaje basado en proyectos, aula invertida, aprender haciendo, aprendizaje significativo, evaluación continua y desarrollo de competencias. A eso debemos agregarle la importancia de integrar nuestras asignaturas (que muchas veces funcionan como compartimentos estancos), que nuestros estudiantes formen equipos multicarrera y multidisciplinarios, de impulsar la actualización formativa de nuestro equipo docente y de fomentar la internacionalización. Todo esto, sumado a la necesidad de reducir la duración real de las carreras”, reflexionó.
Por último, en el caso particular de Ingeniería en Petróleo, creada en 2015 y una de las cuatro carreras de la UBA ubicada dentro de las 50 mejores en el ranking mundial QS, dijo Carrone que en el marco del Plan 2020, se está definiendo “el desarrollo de proyectos a lo largo de toda la cursada”, ya que la sola transmisión de contenidos conceptuales del profesor a sus estudiantes no necesariamente garantiza su total aprendizaje.
“Se ha demostrado que el aprendizaje ocurre cuando el estudiante ‘hace’ con la guía de un docente calificado. En el caso de la ingeniería, el ‘hacer’ significa tener un objetivo, un plan, una ejecución, un resultado, y eso es un “Proyecto”. En los primeros años de estudio, serán proyectos sencillos, pero siempre con una visión muy amplia (desde lo técnico hasta lo ambiental, comercial, legal y social). A medida que se avance en la carrera, los proyectos se irán complejizando y profundizarán temas específicos que se estén desarrollando en las asignaturas tradicionales”, adelantó Carrone.
Y remarcó sobre el contenido de las focalizaciones del Plan 2020 para la carrera que actualmente dirige: “Introduciremos a los estudiantes en cuestiones claves como la revolución digital en la industria de los hidrocarburos, la transición energética hacia un uso más amigable con el medio ambiente, las nuevas fronteras del conocimiento en el desarrollo de los hidrocarburos (offshore, reservorios no convencionales, etc.) y la sostenibilidad social, ambiental y económica de los desarrollos petroleros. El Plan 2020 nos da una oportunidad única para ubicar a la FIUBA a la vanguardia de la formación de ingenieros, alineada con las necesidades de nuestro país, las metodologías educativas más avanzadas, las motivaciones de nuestros estudiantes, el desarrollo tecnológico acelerado y los desafíos de un mundo en constante cambio. No aprovechar esto, significará relegar a nuestra facultad a una posición secundaria", concluyó.