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Raros materiales nuevos

11 de agosto de 2021, 15.00
Teresa María Piqué es ingeniera Civil con una especialización en Construcciones y Estructuras, doctora de la Universidad de Buenos Aires, Área Ingeniería, y la nueva responsable del Grupo Polímeros para Petróleo y Construcción (GPPC).

Actualmente, y desde 2016, es investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y es docente del Departamento de Construcciones y Estructuras. Ha publicado artículos en revistas científicas como Cement and Concrete Composites, Construction and Building Materials, Journal of Composite Materials o Journal of Cleaner Production, entre otras, y capítulos de libros, como en International Publishing.

“Ingresé en la FIUBA como estudiante de Ingeniería Civil en el 2002. En 2006, mientras cursaba Tecnología del Hormigón, comencé a colaborar en trabajos de investigación en el Laboratorio de Materiales y Estructuras (LAME) y en el Departamento de Hidráulica. En el 2007 empecé mi tesis de grado en el LAME y en el 2008 obtuve una beca del Departamento de Transporte para trabajar en el Laboratorio de Caminos bajo la dirección del Ing. Campana. A principios del 2009 me recibí de Ingeniera Civil y comencé en el LAME mi tesis doctoral bajo la dirección de la Dra. Analía Vázquez con la Beca Peruilh que otorga la FIUBA.

Trabajé ahí ininterrumpidamente, salvo el período de abril de 2014 a mayo de 2015, que hice una estancia posdoctoral en la Technische Universität München en Alemania”, recuerda esta joven investigadora en el comienzo de su charla con .ing.

Relata Piqué que su interés por los materiales no tradicionales comenzó trabajando junto con el Ing. Humberto Bálzamo en el Laboratorio de Materiales y Estructuras de la FIUBA. “Preparamos muestras de cementos (morteros) para un concurso de la Asociación Argentina de Tecnología del Hormigón. Probamos muchísimas cosas, morteros con cemento y resina epoxi, morteros con nanotecnología, morteros con EPS, con pellets de materiales termoplásticos y todo tipo de aditivos. Fue un trabajo puramente experimental que me enseñó a observar cómo cambiaba una matriz de cemento con unas gotas de aditivo espumante o de superplastificante, cómo la forma del agregado polimérico y su falta de adherencia modificaba las propiedades”, recuerda.

Cuando se trabaja con “materiales no tradicionales” se entra en el enorme abanico de la “Ciencia de los Materiales”. ¿A qué deben, entonces, los resultados de los trabajos de investigación y desarrollo de Piqué los calificativos de “inteligentes” y “sustentables”? Vale aclarar que estas dos ramas son las que en este momento generan más interés en esta disciplina. La primera, se refiere a materiales que, por un impulso externo, generan una respuesta controlada. Por ejemplo, los materiales con memoria de forma o los autorreparables. “Se trata, por ejemplo, de insertar en la matriz de cemento una resina que, al producirse una fisura, se activa y la sella. Los materiales a base de cemento, por ser de naturaleza frágil (por frágil entendemos como poco deformables) y de baja resistencia a la tracción, presentan siempre pequeñas fisuras, por donde entra aire o agua con sustancias que, con el paso del tiempo, se acumulan o reaccionan y pueden llevar a la falla de una estructura. Si se pudiera generar una solución que haga que al generarse una fisura la selle automáticamente, se revertiría este proceso y haría la estructura más durable. Esto hace que un producto dure más, necesite menos reparación, rinda más económica y ambientalmente”, grafica Piqué.

Leé nota completa en el séptimo número de la revista .ing.